De acuerdo a mensajes psicográficos confirmados de los Guías extraterrestres, uno de los 13 Discos Solares se encontraría protegido en una galería subterránea en el centro de México, exactamente en el denominado “Valle de las Siete Luminarias”. El lugar ha inquietado por su magia a muchos investigadores de lo oculto, entre ellos J.J. Benítez, que le dedica un capítulo en su obra “Mis Enigmas Favoritos”. Aquel paraje era conocido en tiempos precolombinos como “Camembaro”, que literalmente significa “valle de las altamistas”, debido a las olorosas plantas del mismo nombre que tanto abundaban. Hoy día se conoce como “Valle de las Luminarias”, debido a los siete principales volcanes, ya extinguidos, que allí existen a ras de tierra y cuya particularidad es que están distribuidos sobre la superficie imitando la posición de las siete principales estrellas de la Osa Mayor.
De hecho los estudiosos detectaron que aproximadamente cada cuarenta mil años la constelación de la Osa Mayor se sitúa sobre este misterioso valle. Por si ello fuera poco, las leyendas locales cuentan que la disposición geológica de esos volcanes se debe a unos “dioses” que bajaron del cielo en tiempos remotos e infundieron valiosos conocimientos a los autóctonos. A ese lugar nos dirigimos el pasado 18 de febrero, con la intención de acampar en uno de los apagados volcanes e intentar un contacto mental con los Guías extraterrestres
Como algunos recordarán, el Valle de las Luminarias se hizo famoso a nivel mundial, en los años setenta, por el cultivo de verduras y hortalizas gigantes. El campesino José Carmen García Martínez logró cosechar en el Valle de Santiago, mediante técnicas secretas que dijo haber heredado de sus antepasados, acelgas de más de un metro y medio de altura y cebollas y coles de 15 y 43 kilogramos respectivamente, además de otras hortalizas descomunales, como lechugas, nabos y rábanos.
El campesino manifestó que para la siembra utilizó semillas normales que previamente expuso a los rayos solares de la mañana tras empaparlas en agua, pero que el proceso de sembrar lo hizo en determinados días, según las posiciones de los astros. Obviamente, todo ello despertó una gran controversia.
El delegado de turismo de Valle de Santiago, Oscar Arredondo Ramírez, que fotografió para la posteridad las monumentales hortalizas, durante una reunión que mantuvo con varios miembros de la Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos, planteó que si los cráteres de las “luminarias” se sembraran de verduras y frutas gigantes, sería menor el problema del hambre. Y añadió: “Pero si digo cómo hacer verduras gigantes, el rico se volverá más rico”.El cultivo siquiera a escala moderada de estos gigantescos especimenes verduleros quedó finalmente prohibido por el gobierno mexicano, así como por los demás gobiernos, debido a que interfería en los intereses de las multinacionales alimenticias. Una sola col del Valle de las Luminarias podía alimentar perfectamente a más de veinte personas. Aunque aún permanece la controversia (algunos acusan a Arredondo de haber montado esas fotografias con las supuestas verduras gigantes), lo cierto es que el lugar es fascinante, lleno de una energía particular que a más de un visitante conmueve.No muy lejos de allí, se puede acceder en vehículo al Cerro Culiacán, otro enigma del Estado de Guanajuato, pues viejas leyendas señalan aquella mole (otro volcán extinto) como el origen de todas las culturas de México. Se lo llamaba en tiempos antiguos Teoculhuacan Chicomoztoc Aztlán, el “origen de todo”, y se cree que en su interior existe una entrada secreta al mundo subterráneo, acondicionada en los túneles naturales que se han formado por la expulsion de material volcánico.
No muy lejos de allí, se puede acceder en vehículo al Cerro Culiacán, otro enigma del Estado de Guanajuato, pues viejas leyendas señalan aquella mole (otro volcán extinto) como el origen de todas las culturas de México. Se lo llamaba en tiempos antiguos Teoculhuacan Chicomoztoc Aztlán, el “origen de todo”, y se cree que en su interior existe una entrada secreta al mundo subterráneo, acondicionada en los túneles naturales que se han formado por la expulsión de material volcánico.
El campesino manifestó que para la siembra utilizó semillas normales que previamente expuso a los rayos solares de la mañana tras empaparlas en agua, pero que el proceso de sembrar lo hizo en determinados días, según las posiciones de los astros. Obviamente, todo ello despertó una gran controversia.
El delegado de turismo de Valle de Santiago, Oscar Arredondo Ramírez, que fotografió para la posteridad las monumentales hortalizas, durante una reunión que mantuvo con varios miembros de la Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos, planteó que si los cráteres de las “luminarias” se sembraran de verduras y frutas gigantes, sería menor el problema del hambre. Y añadió: “Pero si digo cómo hacer verduras gigantes, el rico se volverá más rico”.
El cultivo siquiera a escala moderada de estos gigantescos especimenes verduleros quedó finalmente prohibido por el gobierno mexicano, así como por los demás gobiernos, debido a que interfería en los intereses de las multinacionales alimenticias. Una sola col del Valle de las Luminarias podía alimentar perfectamente a más de veinte personas. Aunque aún permanece la controversia (algunos acusan a Arredondo de haber montado esas fotografias con las supuestas verduras gigantes), lo cierto es que el lugar es fascinante, lleno de una energía particular que a más de un visitante conmueve.
No muy lejos de allí, se puede acceder en vehículo al Cerro Culiacán, otro enigma del Estado de Guanajuato, pues viejas leyendas señalan aquella mole (otro volcán extinto) como el origen de todas las culturas de México. Se lo llamaba en tiempos antiguos Teoculhuacan Chicomoztoc Aztlán, el “origen de todo”, y se cree que en su interior existe una entrada secreta al mundo subterráneo, acondicionada en los túneles naturales que se han formado por la expulsion de material volcánico.
Desde un primer momento nos resultaba sospechosa la historia del Chicomoxtoc (Mundo Subterráneo que engendrará los primeros clanes que habitarán México luego del diluvio) con las “Luminarias” del Valle de Santiago. Intuíamos que podría existir una conexión con la existencia del Disco Solar de la Hermandad Blanca. ¿Quiénes eran eses grupos humanos que salieron del Cerro Culiacán? ¿Guarda alguna relación con el mito peruano de los Hermanos Ayar y la fundación del Imperio Inca?