EMERGEN EN EL CENTRO DE LA VIA LACTEA DOS GRANDES BURBUJAS DE ENERGIA
RICARDO GONZALEZ
Investigador,escritor,conferencista y contactado comenta:
DICIEMBRE 2010
En los años 70, diversos grupos de contacto extraterrestre afirmaban que una energía de “luz violeta” llegaría desde el centro de la galaxia para contribuir en la transformación del planeta. Aquella radiación sobrenatural, procedería de un “Sol manásico”, es decir, una fuente de poder que “alimentaría” al Sistema Solar como el Maná que auxilió al pueblo hebreo según La Biblia. Estas afirmaciones, desde luego, en aquella época parecían una locura. Pero, ¿y si esos mensajes recibidos de seres extraterrestres hablaban de un evento real?
En los últimos años, los avances científicos nos han permitido explorar el núcleo de nuestra Vía Láctea, hallando en su interior lo que parece ser un agujero negro súper masivo. Aquel monstruo, conocido también como Sagitario A (una curiosa emisión de radio en el centro galáctico) recientemente ha sido noticia por las extraordinarias imágenes del Telescopio Espacial Fermi. El hallazgo, parece confirmar aquellos viejos mensajes de los seres de otros mundos, y por si ello fuera poco, se entroncaría con ciertas interpretaciones de las profecías mayas que hablan de “2012 y Hunab Ku”: el centro de la galaxia.“Lo que hemos visto son dos emisiones de rayos gamma en forma de burbuja que se extienden al norte y al sur del centro galáctico (explica Doug Finkbeiner, astrónomo del centro de astrofísica Harvard-Smithsonian y el primero en reconocer la estructura). Y no comprendemos completamente su naturaleza y su origen".
Según los principales medios de noticias de todo el mundo, esa estructura abarca más de la mitad del cielo visible desde la Tierra, desde la constelación de Virgo hasta la de La Grulla, y podría tener millones de años de antigüedad. La investigación se publicará próximamente en The Astrophysical Journal. El descubrimiento parece indicar que, en algún momento del pasado, también el agujero negro central de la Vía Láctea, nuestro hogar en el espacio, provocó una de estas gigantescas explosiones. Baste recordar la que se produjo el 27 de septiembre de 2004, la mayor detectada hasta ahora, causada por un magnetar, un tipo poco común de estrella de neutrones, a más de 50.000 años luz de distancia. Aquél día y durante un breve instante, apenas un par de décimas de segundo, un invisible estallido de energía, equivalente a medio millón de años de iluminación solar, alcanzó la Tierra casi a la velocidad de la luz. A pesar de la distancia, muchos de nuestros satélites dejaron de funcionar al instante, y las capas superiores de nuestro mundo quedaron instantáneamente ionizadas por el súbito impacto de cantidades masivas de rayos gamma.
La imagen que ha publicado la NASA de esa emisión de rayos gamma, dos enormes burbujas de radiación con 25.000 años luz de longitud cada una, es hermosa pero, al mismo tiempo, inquietante. Por ello me pregunto nuevamente: ¿Y si esos mensajes de presuntos seres extraterrestres eran genuinos? ¿Y si los mayas tenían razón?
Hoy la noticia está en boca de todo el mundo. Pero vale la pena ver una vez más el vídeo explicativo de semejante acontecimiento cósmico: